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Bendiciones Hermanos. ¡Feliz Primavera en este lado del continente! ¡Feliz renacimiento!

Quiero compartirles una preciosa visión de esta madruga luego de una ceremonia compartida con hermanos del corazón. Como ven en la imagen es la Virgen Rosa Mística con sus tres rosas en el cinturón de Orión… esta fue la visión a la madrugada sentada junto al fuego de la madre tierra y junto a mis hermanos…

La madre se consagraba en la constelación de Orión uniendo todo lo caminado, sellando, sellando, sellando, coronando, coronando, coronando al Divino Dios y Divina Diosa de todo su reino. La visión de la corona fue de mi hermana Romina Yurzola, con quien celebramos el gozo de sostener en amor el rezo junto a Gaia durante toda la noche, para llamar a nuestros hermanos a su corazón, al corazón de la madre… para que quien esté perdido regrese a ella, es simple, es fácil, es rendirse… ELLA, madre Gaia, sabe como ayudarnos a transmutar y sabe cómo guiarnos, ella es el camino hacia la verdad por ella es VERDAD.

Las tres rosas de la Rosa Mística en cada estrella del cinturón de Orión reúnen tres conciencias bien importantes para poder terminar de tomar a Orión en nuestro ADN de forma pura y en amor y ya no más en registro de guerra o separación. Como muchos ya saben hace tiempo recibí que Orión es la PLACENTA DE LA GALAXIA porque lleva en sí todo el árbol de las razas y porque es el gemelo (doble) del Hunab Ku (Agujero Negro de la Vía Láctea).

La rosa roja trabaja la raíz, en esta visión en el cinturón representa la raíz que debemos tomar del Padre/Madre Sabio/Sabia Orión y todo el linaje, amar la raíz con virginidad, con entrega, con corazón…

La rosa blanca trabaja la conciencia de la pureza, de la inocencia, del niño interior, trabaja las memorias del abandono y rechazo; la madre Rosa Mística consagrada en Orión nos dice:

´Sean todos coronados en mi casa, vengan todos a mi morada, aquí hay inocencia, pureza, libertad, aquí está el amor, recíbelo´

La rosa dorada trabaja el ser cósmico que todos somos y nuestro ángel solar… esta conciencia se consagra en una de las estrellas de Orión porque nos recuerda que al recibir la raíz (rosa roja), poder tomarla y abrazarla en amor, recibir la inocencia del niño (rosa blanca), poder tomarla y abrazarla en amor, recién ahí, estaremos listos para encarnar el YO SOY íntegramente y desde allí sentirnos en el SOMOS que teje cada conciencia reconectada en el gran entramado de esta existencia.

Somos todos benditos, somos benditas, hombres y mujeres vírgenes en el nuevo amanecer. Somos santos, el corazón de Gaia está llamando a sus hijos de nuevo, de regreso a casa, ella es nuestra casa, ¿te entregas?

Te amo hermano, hermana. Te veo. Me veo.

Con amor,

Aripka Maia

21/09/2020

*Gracias a Juan Manuel que plasmó la imagen rápidamente hoy para poder compartirla con ustedes.