La anatomía del cambio humano por Kryon

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Había una vez un ser humano que estaba a punto de graduarse de una universidad muy reconocida en el planeta Tierra. Este ser humano estaba a punto de cambiar la historia de esa universidad al realizar su tesis final de una forma no convencional. Este joven índigo estaba por romper los esquemas, estaba por cambiar las formas preestablecidas hasta ese momento.

Tesis de Juan y carta a su maestro

Querido maestro:

Entiendo que es parte de mi tesis y de mi teoría hablar acerca del cuerpo humano y su adaptación a este medio. Pero decido hacer otro tipo de anatomía. Si la anatomía es la ciencia que estudia el cuerpo humano, yo quiero hacer un estudio de este cuerpo pero con sus etapas de evolución dentro del camino de ascensión que representa la vida. Si bien esta redacción puede resultarle diferente, le solicito que lea mi tesis completamente antes de terminar de evaluarla. Muchas gracias.

«El cuerpo es mi maestro y yo, el espíritu que habita en él, soy su alumno. Él me ha permitido vivir adentro para poder experimentar la vida. Gracias maestro”

Anatomía del Cambio Humano

Todo está en constante cambio. No hay ningún ser vivo o cosa en este Universo que no lo este. Incluso si pensamos en algo que aparentemente permanece estático, descubrimos un mundo subatómico muy profundo que está en constante movimiento. Incluso si pensamos en una persona que permanece inmóvil en una cama, está en constante evolución. Si decimos que somos seres cambiantes, ¿Por qué a veces le tememos tanto a la transformación si, en definitiva, todos vamos a cambiar?

En esta tesis y teoría están las respuestas a estos procesos.

Soy un ser humano que ha cambiado. Como miles de seres humanos en este planeta, un día tuve un llamado hacia mi transformación interior. Me responsabilice, busqué, me apasioné y cambie tanto, que aquellas personas que aún siguen dormidas reviviendo la vieja película en su ADN comenzaron a preguntar: ¿De ese Juan que conocimos alguna vez, no quedó nada? En otras palabras me querían decir: «¿No ha quedado ni siquiera un resabio de ese viejo Juan que tan bien se adaptaba a nuestra realidad?». El trasfondo de todo esto era que había dejado de vibrar con ellos y con las cosas que antiguamente hacía. Simplemente cambie la forma de ver las cosas y las cosas cambiaron de forma, me moví del viejo entorno y me traslade hacia un hábitat que vibraba en la misma nota que yo.

Un día me senté a reflexionar me pregunte: ¿Por qué aún existen personas que alguna vez formaron parte de mi entorno que todavía llevan una vieja energía de mí? O a decir verdad, ¿Por qué no han podido actualizar al nuevo Juan que yo soy ahora?

Está escrito que cuando uno cambia la forma de ver las cosas, estas cambian de forma. O a decir verdad en este proceso de cambio y reconfiguración de nuestra nueva energía para con el entorno pueden suceder dos cosas:

1) La vieja energía desaparece, es decir, dejamos de vibrar con ciertos entornos o personas (que sucede en el 70% de los casos).

2) o dichas personas y entornos actualizan y reconfiguran nuestro nuevo perfil en su conciencia. Esto sucede generalmente en los lazos más íntimos (padres, hermanos, familiares)

Por ello decidí escribir esta tesis, querido maestro. Porque es necesario tener presente otro tipo de anatomía dentro de nuestra existencia aquí en la Tierra. Es conocer la estructura de los procesos que suceden antes de poder cambiar las fuerzas internas que deben movilizarse y la reconfiguración en la red de relaciones que esto implica. Entonces, ahora emprendemos un viaje. Para poder contarte que es el cambio tendré que hablar desde lo que yo experimente hasta ahora y cual fue mi lectura de esa situación. Se podría decir entonces que estoy escribiendo una tesis sobre mi propia vida.

Existe primero algo que se llama «Iniciativa». Siempre hay algo en la vida que nos incita a buscar algo más. Esta búsqueda traerá indefectiblemente un cambio para nuestra conciencia.

El tránsito por esta vida bien podría definirse como un viaje que sucede en forma espiralada en donde nuestro espíritu desciende a este cuerpo humano para poder experimentarse a si mismo en otra dimensión. Nuestro espíritu tiene dos caminos y oportunidades dentro de este gran viaje: crecer y evolucionar a si mismo, o ignorar esa realidad por completo y quedarse estancado.

Y quizá muchos se pregunten: «¿Dónde está la oportunidad en el segundo caso? Porque desconocer y quedarse estancado no es una oportunidad». Cada cosa es una oportunidad en esta vida. El lugar hacia donde me dirijo por tomar un camino u otro es otro tema…El beneficio y crecimiento que trae a mi vida una oportunidad u otra es lo que marca la diferencia y de eso es lo que precisamente voy a hablar a continuación.

Esta representación en espiral ascendente de la vida que todos podemos vivir nos va transportando hacia nuevos niveles que nuestra conciencia puede experimentar. ¿cuál es la diferencia entre quedarse en el punto A de la espiral y moverse hacia el punto B, luego evolucionar a y así sucesivamente?

La diferencia de encontrarnos en el punto A, B o C se encuentra en la perspectiva. Si vives esta experiencia situado con la conciencia en el punto A no tienes perspectiva para poder mirar y observar con más detalles la vida. Por ejemplo, si me encuentro en un cálido valle y decido subir hacia la montaña para poder ver un panorama más amplio del lugar puedo hacer varias cosas:

1) Puedo observar apenas un poco de ese lugar.
2) Puedo ser aún más osado, subir más y tener un panorama aún más amplio.
3) Finalmente puedo decidir, con constancia y perseverancia subir hasta arriba de la montaña y apreciar el paisaje desde allí.

¿Subir esa montaña es fácil? No lo es. Al ascender por ella transitaremos por todos los estados emocionales, conocidos o desconocidos, porque finalmente será un camino por recorrer y todo camino posee sus pendientes, obstáculos y zonas de descansos.
Lo mismo sucede con la vida.

Podemos pasar toda nuestra existencia parados en el punto A, nunca movernos hacia el B e ignorar completamente el C. Mientras existen personas situados en el punto C teniendo una visión mucho más amplia que quienes habitan en el punto A.

Volviendo a nuestra metáfora de la montaña, sería como decir que quienes habitan en el punto A experimentan la vida desde el pie de la montaña, nunca se animan a subirla por miedo a lo que puedan encontrar en el camino, lo que puedan perder o a lo que tengan que desapegarse. Estas personas nunca pueden tener una perspectiva más amplia de lo que están viviendo, solo son conscientes de lo que ven y observan. En cambio, hay quienes comienzan a ascender esa montaña y comienzan a tener una perspectiva más amplia de la realidad.
¿Que sucede cuando decidimos emprender el viaje de ascensión y evolución? O ¿Que sucede cuando decidimos hacer frente a nuestra montaña y comenzamos a transitarla?.

Existen estadios que es necesario conocer para comprender la naturaleza divina del cambio.

Esos estadios son:

1) La Iniciativa
2) La observación o auto contemplación
3) la convivencia con la realidad
4) La humildad
5) La acción hacia el cambio
6) El inicio de la transición
7) la transición en si misma
8) El cambio
9) La reconfiguración de la red de relaciones

El viaje de la Oscuridad hacia la Luz

Anatomía del Cambio Humano
el Viaje de la dualidad

Comencemos por profundizar en el primer estadio.

1) La iniciativa

No existe nada en el mundo que carezca de iniciativa. Todo lo que existe y es contiene esta energía de creación. La iniciativa es una energía en movimiento. Algunos la aplican para auto evolucionarse a sí mismos y otros para auto destruirse. ¿Por qué?

Tomar una acción para hacer algo perjudicial para nuestro ser también es una iniciativa, solo que es una energía de acción que no construye cimientos sólidos sino que estará aportando una cuota negativa a nuestra vida. Por ello hago hincapié en la energía de iniciativa para construir y activar más conciencia en nuestra vida. Por ejemplo, una persona que se encuentra angustiada en el sofá de su casa puede tomar una iniciativa:
Puede levantarse intentar hacer algo para salir adelante, la cual seria una iniciativa hacia la luz, o puede levantarse e intentar tapar ese dolor con el alcohol, la cual seria una iniciativa hacia la oscuridad. Todas estamos tomando iniciativas a cada momento. El hecho de que usted se encuentre leyendo esta tesis es porque ha tomada la iniciativa de hacerlo

Volviendo al ejemplo de la persona en el sofá… Tenemos dos respuestas diferentes a un mismo episodio. Constantemente la vida nos esta invitando a tomar una decisión; la decisión es una iniciativa. Lo Importante es comprender la diferencia entre los tipos de acciones que tenemos a diario y como éstas determinan un futuro, dirección y un resultado para nuestra vida cotidiana. En cada experiencia cotidiana somos tentados con situaciones externas para tomar una iniciativa hacia algo en nuestra vida. Depender de cual elijas, el resultado que obtendrás. Podríamos decir que la vida del ser humano es esta fórmula perfecta:

Iniciativas que tomé en el pasado + las que fomo en el presente = mi futuro

Vale la pena retomar que existen dos tipos de iniciativas: las constructivas y las destructivas. Las que construyen claramente tienen que ver con un estado de acción que nace desde tu corazón para evolucionar al siguiente estado. En cambio, las destructivas solo te mantienen girando en las más bajas frecuencias en las que podamos vibrar siendo humanos. Del tipo de iniciativa que elijas depende tu resultado en el futuro. Es importante tomar acción hacia el cambio en nuestra vida ya que la vida nos regala a cada momento esta hermosa oportunidad

Siempre tienes la opción de tomar Iniciativas que construyen a favor de tu cambio y evaluación personal a cada momento. Una vez que lo hagas estarás listo para pasar al próximo estado.

2) La observación o auto contemplación

Cuando hay iniciativa de prosperar y crecer surge este nuevo estado: el observador-testigo de su propia vida realidad interior.

Volviendo a nuestra metáfora de la montaña, seria como decir que has subido un pequeño peldaño y tienes más visibilidad. Esta etapa consta de comenzar a despertar del ensueño en el que habías estado, siendo adormecido y nublado por los episodios traumáticos de la vida que no te permitían ver más allá de esa realidad cotidiana. Comenzar a ser observadores conscientes del eterno-ahora en el que estamos sumergidos a cada momento es entrar en el estado de contemplación, lo cual nos permitirá auto-observar nuestra propia vida, quitar la anestesia que nos había tenido adormecidos y comenzar a despertar nuestra conciencia. La activación de la conciencia es como un faro que ilumina aspectos de nuestra vida para permitirnos evolucionar.

Si no hay observación y conciencia no puedo ver nada en mi vida y todos los acontecimientos pasarán ante mí pero difícilmente me detenga a reflexionar y profundizar sobre todo lo vivenciado.

Si nada somos capaces de ver en nuestra vida, nada tenemos para cambiar y evolucionar Cuando el observador-testigo pone su atención en los aspectos de la vida cotidiana que tendría que mejorar o cambiar comienzan a emerger los conflictos cotidianos que siempre estuvieron ahí, sólo que la conciencia no se detenía a observar
Luego de activar este segundo nivel o estadio puede activarse el próximo. Luego de ver, contemplar y auto-observarnos a nosotros mismo pasamos al siguiente estadio.

3) La convivencia con la realidad

Una vez que hemos sido capaces de ver y auto-observar nuestra propia vida podemos decir que estamos conviviendo conscientemente con esa realidad.

Este tercer estadio es muy importante y aquí se produce un punto de inflexión que puede llevarnos a evolucionar o involucionar, todo dependerá de lo que nosotros decidamos para nuestra propia vida.

El número 3 es una energía catalizadora y se corresponde sincrónicamente con esta etapa de convivir con la realidad. En química, la catálisis es un proceso capaz de aumentar la velocidad de un elemento o reacción química. En esta etapa podemos potenciar positivamente el proceso de cambio y transformación o bien regresar con esa misma fuerza hacia atrás. Este estadio número 3 nos invita a potenciar la energía para los próximos pasos o regresar al punto cero de la energía, volver hacia atrás y quedar atrapados en la vieja realidad toda la vida.

Un ser humano puede convivir toda la vida con una misma realidad. Un ser humano puede pasar toda su vida conviviendo consciente o inconscientemente con ella. Desde aquí nace la fuerza impulsora para los próximos estadios. Tengo dos caminos: o sigo conviviendo para siempre en esta realidad; o catalizo mi fuerza interior para avanzan hacia los próximos estados.

Muchas personas ya han desarrollado la iniciativa positiva para avantar, han sido observadores testigos de esa realidad, han logrado ser conscientes sobre algo en su vida que tenían que cambiar pero luego de haberlo hecho consciente han pasado toda su existencia conviviendo con esa realidad.

Si trascendemos las barreras del miedo y potenciamos nuestro deseo e intención para cambiar nuestra realidad actual, podemos decir que estamos listos para avanzar hacia el próximo paso.

4) La humildad

¿Qué es la humildad?

Es la capacidad de despojar el ego, de ponerlo a un lado para permitir que nuestra esencia divina y de luz habite en nuestro SER. Y de esta manera lograr que nuestro ser cristico se convierta en el protagonista principal de nuestra vida cotidiana.

Cuando esto sucede y activamos esa humildad tenemos la posibilidad de cambiar cualquier cosa que deseemos en nuestra vida.

Cambiar de un estado a otro significa tener la capacidad de aprender algo nuevo, diferente y adquirir nuevos hábitos, para esto se necesita de una dosis altamente positiva de humildad. Si no activamos este poder ante ciertas circunstancias difícilmente podemos cambiar o evolucionar hacia un nuevo estado. Todo cambio o evolución trae consigo un nuevo aprendizaje. El único personaje que está dispuesto a aceptar ese nuevo aprendizaje, crecer y evolucionar es nuestro «yo humilde”. Nuestro ego o parte carente de amor no tiene ningún interés de cambiar nada, sólo quiere seguir retroalimentado el estado de oscuridad en el que se encuentra atrapado.

Para avanzar hacia la próxima etapa en este camino de ascensión del punto A al B es necesario despertar la humildad. El que cambia no es el ego, sino que se activa en nosotros nuestra esencia pura de amor quien está sujeta al yo divino que somos, que llevamos por dentro y que es capaz de desplazar a nuestra parte oscura y carente de amor. Lo único que hace el ego es retrasar los procesos de cambio, porque cada vez que nuestra esencial de luz aparece en nuestras vidas el queda opacado, en evidencia y se debilita porque pierde poder.

Gracias a la humildad podemos descubrir un sinfín de herramientas que estaban adormecidas en nosotros y que no podían emerger hacia la luz porque el ego era quien los ocultaba de nuestro campo de visión. Cuando la humildad renace, la luz se enciende, entonces las tinieblas se disipan, podemos ver y ser conscientes algo que antes no veíamos. Finalmente cuando esta energía tiene lugar en nosotros y nuestra vida podemos decir que estamos listos para la próxima etapa dentro de este viaje.

5) Acción hacia el cambio

Llegamos hasta aquí impulsados por el deseo de cambiar. Es importante aclarar que estoy hablando de la anatomía del cambio humano. Por ello, vamos a preguntarnos si en esta etapa ya hemos logrado el cambio propiamente dicho… Y diré que no. ¿Estamos en el camino que nos conducta hacia el? Sí.

A toda acción se genera una reacción. Tomar la iniciativa, observar y contemplar mi realidad actual, convivir con esa realidad, tener la humildad de elegir cambiar y trascender las fronteras de mi ego es lo que me hará desembocar finalmente en este quinto estadio donde «acciono a favor del cambio». Se me presenta en la vida la forma y las posibilidades de hacerlo. Muevo mi maquinaria interior para desplazarse hacia el cambio pero hay una parte de mí que reacciona a dicho movimiento. Pregunto, ¿Quién reacciona? El Ego, nuestra parte carente de amor. Él es quien se levanta en contra de mi decisión de activar la luz. Como esa parte está carente y desconoce totalmente la realidad del amor, necesita seguir retroalimentándose del drama de la vida. Ignora completamente la otra realidad y levanta una barrera cuando nuestra esencia de luz quiere avanzar y ocupar gran parte del escenario humano. Y quizá tú te preguntes ¿Por qué? Porque hay miedos, temores y desconocimiento a lo nuevo y al cambio.

El ser humano no le teme al cambio propiamente dicho sino al proceso de transición que debemos afrontar para lograr un cambio. Es precisamente el próximo paso dentro de la anatomía del cambio humano donde debemos vaciarnos de todo aquello que ya no será necesario llevar hacia el nuevo estadio de luz. No podemos llegar al estadio divino de amor y paz con resabios antiguos y oxidados. No podemos arribar a esa meta si aún cargamos en nuestros hombros antiguos equipajes. Entonces, ¿Qué hacer?

Primero debemos dejar y desapegarnos de esas emociones que nos han mantenido alejados de nuestro eje de luz para luego enfrentar la etapa de vacío. La acción hacia el cambio es una de las etapas más difíciles de atravesar dentro del proceso alquímico junto con las dos etapas siguientes.

Accionar significa comenzar a salir del estado actual pero aún no estamos hablando de cambio, aun estamos en la etapa inicial y en el camino que nos convertirá en aquello que deseamos ser. Precisamente luego de este quinto paso iniciará definitivamente el camino que me ayudará a dejar atrás lo que ya no necesito para seguir adelante y lo que me nutrirá de riquezas y sabiduría que me llevarán a materializar el cambio. Primero tendré que atravesar por el próximo paso.

6) El inicio de la transición

¿Qué es esto? En este paso de inicio de la transición es donde dejamos y soltamos los fundamentos que nos mantenían atados a la vieja energía de oscuridad. Muchas personas le temen al cambio y uno se pregunta ¿Por qué? Linealmente uno sabe que el cambio nos hace bien y en definitiva nos permite evolucionar en este plano, entonces,
¿ porque, aún conociendo sus beneficios para nuestras vidas, tememos cambiar?

Porque precisamente no es el cambio al que tememos, sino a la química interior que debemos movilizar para finalmente saltar hacia el próximo estado. El ser humano le teme a los procesos que debemos ir atravesando para finalmente poder cambiar. Debo admitir que esos pasos y procesos son dolorosos, al menos nuestra conciencia humana los vive así. Hay una parte de nosotros que tiende a aferrarse los sentimientos y emociones, se acostumbra y allí queda estacionada la conciencia hasta que algo la sacude y cataliza para llevarla hacia una nueva realidad. En este sexto paso de inicio de la transición vemos marcado el proceso de transformación y alquimia interior donde nuestro SER es expuesto a “soltar lo viejo” para dar lugar al vacío y luego llenarlo con los nuevos sustentos y fundamentos divinos que darán lugar al ser de luz que espera salir desde nosotros mismos.

Y quizá tú te preguntes, ¿Porque ese ser de luz no salió antes si se supone que siempre vivió en mí? Porque tu conciencia estaba aferrada y acostumbrada a un sentimiento y ese enfoque no permite el paso al estado de conciencia de luz. Se creó una ilusión, un sentimiento y una parte de nuestro ser admitió a esa parte como realidad. La aceptó como su única realidad impidiéndose la alternativa de vivenciar un estado más elevado de luz y bienestar.
Entonces este inicio dentro del proceso de transición hacia el cambio se trata básicamente del desapego de todo aquello que es necesario soltar. Justo cuando esto es llevado a cabo estaremos listos para el próximo estadio.

7) La transición en si misma

Este es el estado mas temido por todos nosotros. Es la etapa de vacío. Si en el anterior estadio dejamos atrás lo que ya no hacia falta, en este paso queda un vacío que deberé ser llenado con los nuevos fundamentos de luz. Si no hay un vaciado previo difícilmente podemos seguir avanzando en este camino. Por ello es indispensable pasar por ese camino de desapego para que se produzca el vacío y podamos llenarnos con el nuevo ser de luz en el que poco a poco nos vamos a convertir ¿Qué sucedió?

Antes, una parte de mi ser se llenaba con sentimientos y episodios de oscuridad o carencia de amor que me mantenían atrapado en la vieja conciencia. Pero ahora ya no están más y a cambio de ello hay un vacío que llenar con nuevas energías de luz y amor

Este estado es el más difícil de soportar y atravesar siendo humanos. Lo viejo, lo que antiguamente cargaba, al menos era algo conocido para mi y ahora que ya no tengo esa seguridad de aferrarme a algo conocido se produce en mi una crisis de vacío, de soledad…¿ Que sucede?

Ese viejo paquete que antiguamente cargaba sobre mis espaldas había sido mi compañía mala, pero compañía al fin. Me había acostumbrado a estar con su presencia y ahora que ya no la tengo más me resulta raro y siento soledad. Eso se debe a que me desapegue de todo aquello que no necesitaba para avanzar al siguiente estado. Lo difícil es transitar el tiempo lineal con ese vacío.

La fuerza puesta en la iniciativa sembró una semilla de luz, abrió un potencial. Cuando elegí cambiar y tuve la fuerza para decidir hacerlo dejé sembrada una semilla en mí ser Interior, la cual comenzara a germinar tarde o temprano. Esa semilla es la que me empujará en este camino de transición para continuar creando los fundamentos de luz que me conduzcan hacia el cambio o materialización de mi cambio. Pero, ¿En este camino de transición no estoy en el cambio propiamente dicho? No, pero estamos cerca, ya vamos en el camino pero aun no hemos llegado. Aun queda un poco más de viaje por transitar.

Cuando sales de viaje, ¿Te desplazas cuánticamente de tu lugar de origen hacia el nuevo lugar? No, ¿verdad? Desafortunadamente para nosotros, aun no podemos saltar cuánticamente o teletransportarnos de un lugar a otro. Porque la vivencia del viaje radica en la experimentación. Ella es la que nutre a nuestro espíritu de mayor conocimiento y linaje.

El viaje hacia el cambio nos ofrece un camino de desplazamiento. No podemos decir que en medio del camino de transición ya estamos pisando el cambio propiamente dicho, sino que estamos en el sendero que más conducirá hacia allí. ¿Cuándo llegare?

Cuando haya atravesado cada una de las etapas y haya experimentado cada proceso. No podemos saltarnos procesos, todos son necesarios y apropiados dentro de la transportación hacia la nueva realidad porque sencillamente es el camino el que nos va convirtiendo en nuevas personas y finalmente nos permite cambiar. Una vez finalizada esta etapa podemos decir que estamos preparados para el próximo paso.

8) El cambio

Finalmente, luego de un largo recorrido pisamos el cambio. ¡Cuánta energía se tuvo que movilizar y desprender para llegar hasta acá!

Como veras el factor final dentro de este camino es desembocar en la materialización del cambio. El cambio es el fruto de todo un proceso y requiere de un desplazamiento de nuestra conciencia. De todas formas aquí no termina el proceso …

Si bien podría parecer que es el último paso dentro de la anatomía del cambio humano, no lo es. Aun queda un paso mas para terminar de materializar firmemente el cambio en nuestra vida humana.

En esta etapa finalmente nos convertimos en aquello que deseamos ser. Por ejemplo:

Un día me di cuenta que poseía mucha carga de ira y rencor. Al vivir anestesiado, y como producto de ello, adormecido en la vida que llevaba, no era consciente o no me detenía a reflexionar sobre ese aspecto. Sin embargo, esas emociones negativas vivían en mí todos los días, las revivía constantemente, convivía con el conflicto sin saber que lo tenía.

Algunas personas me lo despertaban pero no me daba cuenta de que lo tenía. Claro que todo este sentimiento que cargara diariamente tenía un origen y fundamento anterior a este estado, que me llevaba a repetir una y otra vez la historia.

Un buen día algo me hizo despertar, la fuerza de la energía me llevo a darme cuenta de lo que me estaba pasando. Hasta aquí aún estaba iniciando con el primer estadio dentro de este diagrama del cambio. Tome la iniciativa y luego me auto-observe para comenzar a cambiar todo aquello que me pasaba. Conscientemente no sabía cómo hacerlo, no poseía las herramientas ni la forma, pero sabía interiormente que quería un cambio.

Hasta aquí sólo estamos hablando de la fuerza que se necesita para generar, para comenzar un proceso de transformación, pero no estamos hablando de cambio en sí.

Luego de auto-observarme y ser cada vez más consciente de lo que me pasaba pude ver más allá de lo que conocía de mí mismo hasta esos momentos. En realidad puedo decir que recién allí comencé a auto conocerme. Sucedía que había convivido con ello durante tanto tiempo y tenía todo tan naturalizado, que todo ese viejo sentimiento estaba muy arraigado en mi traje humano. Como antiguamente pasaba por la vida adormecido, nunca me detenía a auto-observar y ser consciente de lo que me estaba afectando y lo que tenía que cambiar en mi interior. Simplemente revivía los problemas y no los modificaba. Hoy me doy cuenta que cada repetición del problema era una oportunidad más que me daba la vida para “verlo» y “ser consciente», y que lo iba a seguir repitiendo una y otra vez hasta que en alguna de las tantas ocasiones me dignase a ver.

Entonces, me encontraba conviviendo con esa realidad, todavía no la había cambiado pero convivía con ella siendo consciente. No sabía cómo cambiar. Tampoco se había generado la suficiente fuerza como para seguir avanzando.
Lo bueno es que cuando comienzas a ser consciente de algo es imposible volver a atrás y borrar todo el conocimiento que se hizo consciente. Por lo tanto, me quedaban dos caminos: sobrellevar esa realidad conviviendo día a día con lo que me pasaba; o potenciar la acción hacia el siguiente estado.

Elegí la segunda opción y eso fue lo que hice. Desperté al siguiente paso que fue la humildad para aceptar y entender lo que necesitaba cambiar Fue allí cuando las puertas de luz y ventanas de oportunidades se abrieron ante mí. Yo elegí que se abrieran, siempre estuvieron esperando que yo me decidiera, pero no podían venir a mi si yo mismo no las deseaba. Ahí me di cuenta que cuando te decides a cambiar las puertas de luz se abrirán fácilmente y la energía de solución aparecerá ante tus ojos.

Antes, no podías verla porque no estabas preparado y tampoco habías tomado la decisión. Entonces no puede revelarse algo tan profundo ante tus ojos sino has tomado la decisión de cambiar. Cuando esa energía se revela tomas conciencia de que nunca estuviste solo, siempre estuvo esa luz de solución esperando a que tú dieras el primer paso para que ella pueda llegar a tu vida.

Es simple, al estar sujetos y sumergidos en una escuela de libre albedrio las verdades no pueden manifestarse ante nuestros ojos si nosotros previamente no estamos listos.

Existen infinitas respuestas que el espíritu, Dios, nos quiere dar. Muchos se preguntan, ¿Por qué no las revela ante nosotros y listo? Porque somos nosotros, con nuestro poder de libre albedrio, quienes tenemos que dar el primer paso y pedirlo. Dios prospera a nuestra acción de búsqueda. Si no hay acción y búsqueda no hay nada que prosperar. Lo importante para comprender en todo esto es que Dios tiene las respuestas y soluciones para todos nuestros conflictos, pero, ¿Por qué no la vemos manifestada en nuestra realidad humana? Porque nos hemos olvidado del paso previo que es estar en sintonía divina y comunión con nuestro Yo Superior, nuestro Dios interno. Es él quien contiene las respuestas, es él quien mejor nos conoce, es él quien tiene una mirada mucha más amplia y una perspectiva infinita de nuestra vida humana.

Afortunadamente, gracias a que poco a poco expandimos nuestros límites podemos ver un poco más y un poco más… Y vamos expandiendo nuestra conciencia y comenzamos a tener más claridad sobre nosotros mismos.

«Amado Ser Superior tú tienes una visión más elevada y más amplia de mi vida humana. Tu puedes ver cosas que quizá yo no estoy viendo ¿Qué es lo que debo yo saber para avanzar y evolucionar en mi camino?»

De este acto amoroso surge la humildad y la entrega a lo trascendental y divino. Es ahí donde radican todas las posibilidades y respuestas. Finalmente cuando mi decisión está tomada, la energía de solución comienza a manifestarse poco a poco y se produce la acción hacia el cambio. Encuentro un camino, una herramienta, un faro de luz que Dios me pone en mi camino para encontrar la solución.

A toda acción hay una reacción y aquí es donde se nos pondrá a prueba la fe y el deseo real de cambiar. Si tengo la capacidad, la fuerza y el convencimiento pasaré al próximo estado para iniciar el camino que me convertirá en una persona sin ira, sin rencor y con luz, amor y perdón en mi interior.

En el inicio de la transición tendré que soltar las cargas, identificar dónde y con quién se formaron, entender con amor que era parte de mi escuela de aprendizaje experimentarla y perdonar. Reflexionar mucho y expandir mi conciencia hacia el amor. Cuando haya soltado todo esto, me vaciaré de esos sentimientos y me sentiré extraño: aquel viejo sentimiento que me acompañaba todos los días ya no está más y a cambio de ello hay «nada». Ahora tendré que atravesar la transición en si misma y comenzar a llenar ese vacío con nuevos sentimientos de luz. Cuando haya completado ese proceso, justo ahí pisare el estado número 8 y podre decir que ¡He cambiado!

Pero el proceso aún no termina en ese estadio. Aun me queda uno más por atravesar para completar mi proceso de cambio y es:

9) La reconfiguración de la telaraña de relaciones

Cuando realizamos cambios reconfiguramos una esencia en nosotros mismos. Cuando ésta esencia cambia para dar paso a una nueva y más evolucionada, dejamos ir a la antigua versión de nosotros mismos y el mundo comienza a recibir de nosotros a nuestro «otro yo» o «nuevo yo». Las personas allegadas a nosotros muchas veces se aferran tanto a la idea de vernos como los mismos de siempre que olvidan que tenemos la posibilidad de cambiar y transmutar dentro de este gran viaje: la vida.

Ellos conocieron un antiguo nosotros y se aferran con su conciencia a ese viejo ser. Reconfigurar el nuevo suele ser todo un periodo de adaptación en el que surgen dos posibilidades: dejamos de vibrar con ciertas personas de nuestro entorno o los actualizamos haciéndoles saber que ya no somos el mismo. Una vieja conciencia murió en nosotros, pero parte de esa vieja conciencia aún sigue sostenida en la conciencia de las personas que la conocieron.

Este estadio es de suma importancia dentro de la anatomía del cambio humano ya que no podemos decir que se ha cerrado el circuito de la vieja energía hasta que las personas con las cuales nos comunicamos diariamente reconfiguran la parte de nuestro ser que murió, comprenden y acepta que ya no está más y comienzan a convivir con la nueva. A veces ellos quieren activar de nuevo el viejo ser y aquí se produce una lucha entre la vieja y la nueva energía hasta que finalmente la nueva es aceptada.

Comentario final

Esta es mi tesis, querido profesor, esta es mi idea. He transitado el camino hacia el cambio muchas veces. He cambiado mi viejo ser para convertirme en el alquimista de mi propia experiencia. Hoy puedo decir que me he valido de mi experimentación humana para generar la tesis que me conducirá a aprobar o desaprobar la universidad de la vida.

En mi corazón, siento que he aprobado y pasado amorosamente todas las pruebas. Por eso no se tome la molestia de corregir esta tesis, simplemente, con el solo hecho de leerla ya puedo decir que he quedado satisfecho. La única persona que tiene que aprobar y comprobar estos pasos es el viajero, aquel que decide transitar cada pasó. Yo lo he comprobado, por ello he probado y comprobado mi propia teoría. Ahora lo animo a usted a graduarse en esta universidad que he conocido y que posiblemente usted desconozca por permanecer atado a las viejas estructuras de premio y castigo.

«El cuerpo es mi maestro y yo, el espíritu que habita en él, soy su alumno. Él me ha permitido vivir adentro para poder experimentar la vida. Gracias maestro.”

Firma.

Su alumno

Kryon

-Canalizado por Aripka Maia (María José Bayard) en 2013

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