Apertura de la línea de tiempo dhármica en 2020
El año 2020 será recordado por muchos como un punto de inflexión global, marcado por la pandemia. Sin embargo, desde una perspectiva espiritual y metafísica, 2020 fue significativamente transformador, marcando la apertura de una “línea de tiempo madre o dhármica” que prometía una evolución profunda para la humanidad. Este fenómeno simbólico representa la manifestación de nuestro dharma, un concepto esencial en la espiritualidad que se refiere al camino vital de un individuo, su deber existencial y propósito en la vida.
Este cambio no solo fue un despertar colectivo sino también una invitación a alinearse con un destino más auténtico y significativo. La noción de abrir una línea de tiempo madre sugiere que, a nivel celular y cósmico, se nos ha brindado la oportunidad de acceder a una realidad más profunda y esencial, conectándonos con nuestras verdaderas raíces espirituales y propósitos.
La línea de tiempo madre es vista como una senda que nos guía hacia un futuro donde prevalecen la armonía, el entendimiento y una conciencia elevada. En este nuevo paradigma, la humanidad se aleja de las lecciones aprendidas a través del dolor y sufrimiento, avanzando hacia una existencia donde prevalece el aprendizaje a través de la alegría, la comprensión y el amor. Se sugiere que este cambio de conciencia es un proceso gradual, donde las viejas programaciones y limitaciones se van disolviendo para dar paso a nuevas formas de ser y vivir.
El rol de los cetáceos en sostener la energía planetaria
Los cetáceos, como las ballenas y los delfines, han fascinado a la humanidad por su inteligencia, su gracia y su aparente conexión con una conciencia más amplia. En el contexto de la transformación global y espiritual, estos seres marinos adquieren un nuevo significado, representando no solo maravillas biológicas sino también pilares energéticos de nuestro planeta.
Los cetáceos mantienen una frecuencia de energía lumínica, alegría y gozo, crucial para el equilibrio ecológico y energético del planeta. Su papel es vital en el sostén de la matriz energética terrestre, preparando a la humanidad para un despertar y asimilación de nuevas realidades espirituales. Durante el año crucial de 2020, este papel se intensificó, vinculando la evolución de la conciencia humana con la armonía mantenida por estas criaturas. Ellos liberaron un paquete de información al planeta que permitió la apertura de algo llamado “Paralelo dhármico”. Cada uno de nosotros tiene una coordenada numerológica que le abre las puertas a la vida dhármica. Los cetáceos sostuvieron esta frecuencia hasta que estuviéramos listos para abrirla en el 2020. Ahí nació la numerología siriana.
Numerología Siriana y los códigos pleyadianos
La numerología siriana se presenta como un sistema esotérico avanzado, distinto de la numerología tradicional, que se basa en un calendario de 13 meses de 28 días, alineado más estrechamente con ciclos cósmicos y galácticos. Esta numerología busca revelar el número dámico de un individuo, una clave para desbloquear aspectos profundos de su existencia y destino.
Los códigos de las claves tonales pleyadianas, relacionados con la numerología siriana, son 75 frecuencias que actúan como puertas a diversas dimensiones de la existencia y la conciencia. Estos códigos son heredados de los sirianos a los pleyadianos, y simbolizan un legado de sabiduría estelar, destinado a facilitar la evolución y el despertar espiritual.
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