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¿A qué le tenemos miedo cuando escuchamos o leemos sobre el ADN reptiliano? ¿Por qué en la mayoría de las personas se enciende una alarma cuando escuchan esta palabra? Muchas personas nos escriben en estos días luego de que compartimos parte de los mensajes que los reptilianos blancos vienen compartiendo por nuestro canal. Algunas personas escriben asombradas porque no sabían que existía una parte lumínica de esa parte reptiliana, otras personas, en cambio, manifiestan su miedo y rechazo a esa parte. Es curioso porque en el segundo caso, la parte de ellos que responde con miedo a algo desconocido es precisamente la parte reptiliana de su ADN que ha caído ya que la parte lumínica de nuestro ADN reptil no se basa en el miedo, sino al contrario, se basa en la certeza de vivir cada momento sabiéndonos creadores de nuestra realidad. La ciencia nos explica que el cerebro reptiliano es el encargado de la supervivencia. Los reptilianos blancos explican a través de nuestro canal que ese enfoque es leído en base a conductas milenarias polarizadas que el ser humano ha creado por su caída de conciencia y desconexión con la fuente. Ellos nos ponen el siguiente ejemplo, nos dicen: “Si por milenios la humanidad hubiera usado una parte de su cuerpo, como puede ser el brazo derecho, para escribir y solo se hubiera usado para eso, describirían en la actualidad que la función del brazo derecho es solo para escribir”. Esto mismo ocurre con las funciones que hoy se le atribuyen a esta parte del cerebro. Los reptilianos blancos nos explican que la función del cerebro reptiliano en el ser humano es la de mantenernos en el presente, conectando con lo que ES en este mismo instante. ¿Qué lejos está de la lectura que la ciencia ha realizado con relación a esta parte del cerebro no? La lectura que hoy hacemos es en base a cómo observamos que el ser humano ha respondido por milenios desde esa parte del cuerpo a ciertos acontecimientos de la vida. Pero no debemos olvidar que las formas de responder ante ciertos estímulos que el afuera despierta en nosotros se basan en programaciones que hemos creado y hoy creemos que son “normales”. Nada más lejos de nuestro diseño original. No hemos sido creados para sentir miedo y vivir actuando en base la supervivencia.
Cuando un bebé nace no tiene desarrollado el neocórtex cerebral, solo funciona con el cerebro emocional primitivo, el reptiliano. Incluso, los niños, hasta los 3 años de vida tienen mas desarrollado el sistema instintivo primitivo. Esa parte del cerebro del niño lo conducirá a estar conectado solo con lo que necesita en tiempo presente: comer, dormir, atención, calor, frío… y cuando el bebe o el niño necesita algo, simplemente llora. Pensemos en ese niño que crece y va “civilizándose” y perdiendo conexión con esa parte tan antigua de su cerebro. De grande se desconecta de lo que necesita, ni siquiera lo pide y, probablemente, ni siquiera él satisfaga sus propias necesidades, porque la sociedad programada ya lo CIVILIZÓ y diseñó a su medida. Así tenemos una sociedad totalmente anestesiada, contralada prácticamente por su neocórtex. Con esto no digo que haya partes del cerebro que deben trabajar más que otra, digo que este TRIUNO: Cerebro reptiliano + Cerebro Límbico + Cerebro cognitivo, deben ser una red de equilibrio. Entonces, temerle a nuestro cerebro y ADN reptiliano primitivo es temerle a una parte de nosotros mismos en donde radica el mayor poder. Si observamos el poder que tuvo hasta aquí el ADN reptiliano caído podremos dimensionar también la luz del ADN reptiliano lumínico. Para poder conectar con el tiempo presente sin interferencia de la mente racional, tendremos que reconciliarnos con aquello que tanto tememos: Nosotros mismos. Es tiempo de unir.
Sobre esto y mucho más seguiremos profundizando en próximas notas y vivos que realizaremos con @elrubi33 y también con el curso de los 47 portales de los reptilianos blancos del 2023.
Con amor,
Aripka Maia